13.7.18

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO



José Antonio Fernández, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XV del Tiempo Ordinario.
Lo llevaban todo


Leyendo esta lectura del evangelio en clase de Religión, un alumno preguntaba: “¿por qué los discípulos no podían llevar nada?” Rápidamente le respondió otro: “sí podían: llevaban sandalias, una sola túnica y un bastón para poder apoyarse y andar más”. Como buenos teólogos, planteaban una de las claves en las lecturas de hoy: el “desapego”. Para anunciar y construir el Reino es necesario desprenderse de todas las cosas de este mundo que suponen una carga: algo material (excesivas túnicas, alforjas); nuestro espacio personal o zona de confort (Dios nos saca “de junto al rebaño” como en el caso del profeta Amós, o de los doce, que salen de su casa para ir por todo el mundo); nuestro afán de protagonismo o falta de identidad comunitaria en la Iglesia (envío de dos en dos).

Dios siempre es el sujeto de todas las acciones: nos llama, nos habla, nos envía, nos da su Palabra y su Hijo (Pan de vida) y su apoyo en nuestra misión (bastón), nos acompaña haciendo el camino más transitable (sandalias), nos arropa (túnica). Y tan sólo hay una condición como ejercicio de nuestra libertad: acogerlo en nuestra casa.

Para ello, debemos abrir las puertas de nuestro corazón, recibir y escuchar el Evangelio, alojar y hospedar a Dios. No es que los discípulos “no podían llevar nada”, sino que lo llevaban todo, porque llevan a Dios y lo comparten con el prójimo.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA