Pide con insistencia a Papá, somos sus niños mimados.
Pedro Leiva, subdirector de los Centros Teológicos de la Diócesis, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.
El cristiano ante el silencio de Dios
En el Evangelio de este domingo, el evangelista Lucas nos presenta una parábola original. Para comprender su significado es necesario tener en cuenta el texto anterior en el que se habla del retraso en la venida del Reino. Ese retraso conlleva la tentación de caer en la desesperanza. El creyente siempre ha tenido que afrontar la cuestión que plantea el aparente silencio de Dios. Recuérdense los salmos en que el justo oprimido pone ante Dios su sufrimiento y su incertidumbre.
Pues bien, en estas situaciones de la vida la respuesta es mantenerse fieles al Señor en la oración y en la fe. La oración del creyente es como la respiración de su fe, que le permite seguir viva aún en los momentos de oscuridad y de duda. Dios responderá. Si lo hace un juez deshonesto al que no le importan ni Dios ni los hombres, ¿cómo no va a responder Dios que tiene infinita misericordia y defiende siempre a los débiles?
Ciertamente, el evangelista Lucas retrata aquí una situación que los cristianos en particular y las comunidades cristianas de manera colectiva viven con frecuencia cuando les parece que Dios no responde, que Dios no interviene, que Dios no escucha las oraciones… En esos momentos, la enseñanza de Jesús es clara: perseverar en la oración.
Publicado en Diócesis de Málaga.