La profesora de los centros teológicos de la Diócesis, Elena López Abelaira, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.
Una invitación a la fe
En el evangelio de este domingo, Jesucristo nos sorprende con un nuevo milagro. Es muy significativo porque se narra la curación de diez leprosos, los cuales estaban excluidos del pueblo. Sin embargo, Jesucristo tiene compasión de ellos y los cura.
Podemos pensar que esto no tiene nada que ver con nosotros, pero no es así. Hay momentos en los que nos podemos sentir mal, excluidos, sin sentido en nuestra vida y creemos que no tenemos solución. En esta situación viene Jesucristo y nos cura, porque se fija en nuestro sufrimiento. Ante esto se pueden dar dos respuestas según vemos en el evangelio: podemos seguir con nuestra vida como si no hubiera pasado nada, pensando que nos merecíamos esa curación, actitud que vemos en los leprosos que no vuelven, o bien nos damos cuenta de quién es el que nos ha curado y, por ello, alabamos a Dios y reconocemos el poder que tiene en nuestra vida, como hace el leproso que vuelve. Porque, a través de Jesucristo, Dios tiene poder de sacarnos de lo más profundo de nuestra muerte, de nuestra enfermedad, igual que estos leprosos que habían hecho todo lo posible por curarse y no lo consiguieron. Pero Dios viene y con su poder les cura. Igualmente a nosotros nos sana las heridas más profundas que podamos tener.
El evangelio también nos invita a que seamos capaces de salir de nosotros mismos, que miremos al cielo y pidamos ayuda, imitando a estos leprosos que acuden a Jesucristo para que les cure. En definitiva, este evangelio nos invita a la fe y a la humildad para reconocer el poder que Dios tiene en nuestra vida.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA