Deja que Jesús maneje la barca, que conduzca tu vida y no olvides llevarlo en tus felices vacaciones. FANO
El profesor de los centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, Danilo Farneda, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XIII del Tiempo Ordinario.
No encerrar el don de la fe
Jairo rompe con los prejuicios de muchos de sus colegas, quienes consideraban a Jesús como un blasfemo. No le convenía manifestar su fe en el nazareno. Sin embargo, se abre paso en medio de la muchedumbre, le habla y le suplica con insistencia en favor de su hija.
Su actitud valiente es una denuncia ante la falta de compromiso de quienes, habiendo recibido el don de la fe, tememos proclamarla con nuestras palabras y nuestras acciones.
El silencio del creyente parece ser hoy una exigencia cultural. Influenciados por la “multitud”, arrinconamos nuestro credo, como si de algo privado se tratara.
Necesitamos dotar a nuestra fe de un lenguaje reconocible o terminaremos renegando de ella. Todo lo que no se celebra, lo que se esconde, lo que se “disimula”, termina muriendo. La fe, como el amor y la esperanza, necesita manifestarse.
No encerremos el don de la fe en una cómoda intimidad. Podemos escudarnos en nuestras debilidades y contradicciones. Preferir pasar desapercibidos, evitando ser identificados con una fe que nos compromete. Recordemos lo que nos dice al respecto el Papa: «Nuestra imperfección no debe ser una excusa; al contrario, la misión es un estímulo constante para no quedarse en la mediocridad y para seguir creciendo». (EG, 121)
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.