"Ven a mi tierra y siembra tu reino de amor". Fano"
El sacerdote José Ruiz Córdoba, párroco de Churriana, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XI del Tiempo Ordinario.
Una persona es verdaderamente rica cuando tiene un sentido en la vida, un porqué que le ayude a levantarse cada mañana, una pasión que unifique hasta sus más pequeñas energías. En el caso de Jesús era así: su pasión era el Padre y el Reino. Todo Él era entrega amorosa a Aquel que lo amaba con entrañas de misericordia. Y de esa comunión profunda le brotaba una pasión sincera por la salvación integral de cada ser humano. Su amor al Padre se traducía en compromiso por el Reino.
Pero esa pasión de Jesús por el proyecto de Dios estaba fortalecida por una fe y una esperanza inquebrantables. Sabiendo que la empresa a la que se le invitaba iba a reclamar lo mejor de sí, era consciente de que no dependía todo de Él. Él sólo podía echar la simiente y esperar con confianza, ser activo incluso en los momentos de pasividad, no pretender tener el control absoluto. Porque sin que Él lo supiera todo, la semilla crecería. Y una esperanza que le hacía vislumbrar la fuerza en la debilidad, que le hacía creer en la utopía incluso en medio de las distopías más terribles de su tiempo.
¡Cuánta falta hacen hombres y mujeres de Dios apasionados por el Reino, dispuestos a dar lo mejor de sí, de confiar en la primacía de la Gracia y con la esperanza para creer contra toda esperanza!
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.