7.1.18

COMENTARIO AL EVANGELIO DE LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

Agua que limpia y espíritu que perfuma. Fano

El sacerdote Luis Jiménez, delegado de Misiones de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio de la Fiesta del Bautismo del Señor. 

Dejémonos trabajar por el Espíritu de Jesús

Juan el Bautista conoce sus límites. Hay alguien más fuerte y decisivo que él; el único al que el pueblo ha de acoger. La razón es clara: el Bautista les ofrece un bautismo de agua, pero solo Jesús, el Mesías, los «bautizará con el Espíritu Santo y con fuego». Este es el gran mensaje del bautismo del Señor.

Nuestro mayor problema es el olvido de Jesús y el descuido de su Espíritu. Hemos de volver a la raíz, recuperar el Evangelio en toda su frescura y bautizarnos con el Espíritu de Jesús.

Necesitamos volver a las raíces de nuestra fe. Si no nos dejamos recrear por ese Espíritu, los cristianos no tenemos nada importante que aportar a la sociedad actual tan vacía de interioridad, tan necesitada de espíritu y de esperanza.

Lo mejor que podemos dejar en herencia a las futuras generaciones es una fe más centrada en la persona de Jesús y su proyecto misionero, lo demás es más secundario. Si vivimos desde el Espíritu de Jesús, encontraremos caminos nuevos de evangelización y de misión.

Pero tenemos que reconocer que el Espíritu de Jesús sigue vivo también hoy en el corazón de las personas. Este Espíritu de Jesús es el que anima la misión de la Iglesia. Sin este Espíritu la misión se olvida, se vacía de su contenido, la esperanza muere. Con el bautismo de Jesús nuestro bautismo se hace esperanza y misión en el proyecto cristiano por construir un mundo mejor.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.