14.1.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO



"Jesús es el Cordero de Dios, una entrega sacrificada por amor". Autor: Fano.


Mª Teresa Aldea, licenciada en Filosofía y Letras, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo II del Tiempo Ordinario.

Cordero de Dios


En el evangelio de este II Domingo del Tiempo Ordinario, la Iglesia, madre y maestra, insiste nuevamente en el Bautismo de Jesús. El evangelista san Juan nos narra un segundo testimonio de Juan Bautista sobre Jesús, que no va dirigido a ningún personaje en concreto, sino que va dirigido a cada uno de nosotros y nos dice: “Este el Cordero de Dios”; dándonos una dimensión trinitaria, nos explica que Jesús es el Hijo de Dios que ha sido enviado con la fuerza del Espíritu para quitar el pecado del mundo, salvarnos.
Jesús nos perdona y nos libera del pecado, del mal que está presente en cada uno de nosotros, del pecado que nos lleva a rechazar a Dios imponiendo nuestra soberbia y enfrentándonos a nuestros hermanos, ¿cómo? Aceptando la invitación de Jesús a dejarnos bautizar por Él. Su bautismo, ya no será sólo con agua, será con la fuerza del Espíritu que transforma nuestro corazón y nos impulsa en nuestra vida cristiana; si acogemos su Espíritu como fuente de vida nueva, nos llevará a la Verdad para ponerla en nuestra vida, nos llevará al Amor que es capaz de librarnos del egoísmo, y nos capacitará para abrirnos a un amor gratuito y misericordioso. Es el Espíritu de Dios que convierte y nos llama a dejarnos transformar por Él para darnos un “corazón nuevo” fiel al mensaje del Señor.

En cada celebración de la Eucaristía, se proclama que Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, a lo que respondemos que no somos dignos de recibirlo; pues desde esta actitud de humildad y pobreza, interiorizando esta verdad, nuestro corazón se ensanchará, se dilatará para poder vivir según Cristo, para ser cada día auténticos testigos de su Amor.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.