"En el bautismo de Jesús se manifiesta la Trinidad". Autor: Fano.
El sacerdote José L. Bellón, párroco de Alozaina, Tolox y Casarabonela,
El poder del agua
Cuando se bendice el agua bautismal, en la celebración más importante del año litúrgico, la Vigilia Pascual, se proclama: «Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas en los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el agua recibiera el poder de dar la vida».
Cristo recibe el bautismo del agua del Jordán, para que nosotros recibamos el bautismo de la vida eterna, es el baño de Pascua, que nos hace pasar de las tinieblas a la luz, la muerte es lavada y vencida. ¡Cuánto amor verdadero hay en el Bautismo!, amor de Dios que del agua natural que ha creado, realiza algo tan sobrenatural como darnos el nacimiento definitivo; amor de Jesucristo que hace brotar y nacer de su entregado y abierto corazón, sangre y agua que llenan nuestro cáliz y la pila bautismal; amor de la Iglesia, que custodia y abre la fuente del agua viva para que sus hijos nunca tengan sed; amor de la familia, de nuestros padres y padrinos, que generación tras generación entregan la perla preciosa a sus hijos recién nacidos que tendrán ese don y responsabilidad para madurar bien ese poder de la vida divina. Vida eterna que se nos regala en el agua derramada por nuestra cabeza que va sellando con el Espíritu Santo nuestro ser y obrar.
Escuchemos hoy la voz de Dios que aletea de nuevo en las aguas y que da a conocer al que tenía que venir, su Hijo amado, que cumple la obra del Padre Eterno: el reino de Dios ha llegado a vosotros. Tú, Señor, en el agua del Jordán, realizas signos prodigiosos, llamándonos a tu divina misericordia, donde se cumple toda la escritura, para reconocer al Mesías nacido, Dios con nosotros y entre nosotros. El bautismo que hoy recordamos ponga a Dios en nuestros pensamientos, palabras y obras.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.