28.2.20

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL I DOMINGO DE CUARESMA

Fano: Cuaresma es caminar contracorriente

La Misionera de la Esperanza Juli Gavira ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.

La Palabra de hoy nos enfrenta, de la mano de Jesús, a algo muy cotidiano: la lucha contra el Mal, que no pierde un minuto para engañarnos.

Desde el principio, Adán, que significa “un humano cualquiera”, se opone a Aquel que, con tanto cariño lo había sacado del barro de la tierra, y le había soplado su aliento de vida, y que bajaba cada tarde a pasear con su criatura y le desobedece quedándose paralizado en su egoísmo. Otro Adán: Cristo, le vuelve a regalar, con sobreabundancia, su gracia y su amistad.

¡Desde luego la creatividad del Creador no tiene límites! Y es curioso cómo es el Espíritu el que lo lleva al desierto y el que pone a Jesús en la situación de ser tentado. Quizás porque las tentaciones son momentos de gracia, porque al conocernos, arraigan mejor los verdaderos principios; y, en el desierto, además de experimentar la “soledad poblada de aullidos”, también podemos escuchar con nitidez la voz de Dios.

Y el demonio no debía conocer muy bien a Jesús, cuando intenta convencerlo de que su Padre lo estaba metiendo en una aventura insensata. Jesús sale airoso, porque encuentra la respuesta siempre en la Palabra de Dios, como nosotros. Y también nosotros, como Él, tras rechazar las tentaciones, sentimos esa plenitud, que no es otra cosa que sentirnos hijos de Dios.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA