15.2.20

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO



Fano: El amor sobre la ley nos lleva más alto.


El coordinador de los Centros Teológicos de la Diócesis, Gabriel Leal, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.


La letra de la ley

La actuación de Jesús en sábado, su postura ante al ayuno, su cercanía a los pecadores… parece no respetar la ley ni los profetas. Algo inadmisible, porque ellos son la voluntad revelada por Dios para vivir en la Alianza, para ser parte de su pueblo. Pero Jesús no ha venido a derogar la ley y los profetas, sino a «darle plenitud», sin que deje de cumplirse lo más mínimo de la ley. De la fidelidad a ésta depende la participación del discípulo en el reino de los cielos, al que sólo puede entrar siendo mejor que los escribas y fariseos. Estos destacaban por conocer y cumplir la ley al pie de la letra cayendo en el «legalismo», exaltando la ley y las normas que la concretaban por encima de todo, incluso del bien de la persona; se quedaban en la literalidad de lo mandado, sin entrar en el fondo. Jesús no se queda «en la letra» de la ley, sino que la interpreta poniendo de relieve su auténtico sentido: No basta con no matar, es necesario respetar a toda la persona: encolerizarse, insultar y ofender gravemente… es como matar.

Sin respeto al hermano no se puede presentar la ofrenda Dios, antes hay que reconciliarse, porque Dios quiere la misericordia, más que los sacrificios. Y ante un conflicto hay que buscar el acuerdo, antes que verse ante el juez. No basta con no adulterar, porque el que mira una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su corazón. Por eso hay que tomar una firme decisión, que el evangelista formula afirmando que es preferible perder un miembro antes que ir entero al infierno.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA