16.11.19

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (17 DE NOVIEMBRE DE 2019)

Fano: Pon tus palabras de amor en mi boca.

El sacerdote diocesano Francisco Aranda Otero ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.


Discernir los signos

La liturgia de la Palabra hoy es de una notable actualidad: ante un futuro incierto y amenazante como se intuía entonces -siglos V a.C y I d.C.- y se nos antoja ahora al final del año litúrgico, surgen cantidad de interrogantes, inquietudes y miedos. A ellos la Escritura trata de dar respuesta , en forma de consejos, muy concretos y oportunos.“Que nadie os engañe”. En la primera lectura de Malaquías ( el mensajero), el juicio de Dios se recoge en la imagen, tomada de las culturas asirias y babilónicas, de un horno o disco solar alado, que imparte justicia a toda la tierra. Y se nos ofrece para invitarnos al cambio y superación continua para no ser víctimas del engaño de las apariencias, de las falsas luces e ídolos abundantes que la sociedad en general nos presenta. ¡No tengáis miedo y poneros a trabajar!

Es la respuesta de Pablo a los fieles de Tesalónica, que empezaban a sucumbir ante la creencia del final inminente que no llegaba -situación similar era la que estaba pasando el pueblo en tiempos del profeta Malaquías hacía cinco siglos-. A los tesalonicenses, san Pablo les espeta : “A éstos les digo y recomiendo que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan”. Casi lo mismo que en el Evangelio de Lucas se aconseja a aquellos que acompañan a Jesús: cuando empiecen a suceder estas cosas, “ni un solo cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra perseverancia salvareis vuestras almas”. Por eso acojamos, este domingo previo a la Solemnidad de Jesucristo, Rey de Universo, su invitación a afrontar los acontecimientos diarios en la confianza de su amor providente

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.