30.9.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO, 1 DE OCTUBRE 2017



Daniel Guerrero, padre de familia y profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXVI del Tiempo Ordinario.
Un Dios que entiende de emoción

Nuestra vida está llena de contradicciones e incoherencias fruto de nuestras debilidades y fragilidades humanas. Ejemplo de ello nos lo muestra la parábola de los dos hijos que narra el evangelio de hoy: «Sí, pero no»; «No, pero sí».

En ocasiones, estas actitudes provocan en nosotros sentimientos de frustración o fracaso. Surgen en nuestro interior pensamientos de culpabilidad y derrota. Pero la respuesta de Dios a nuestras debilidades es bien distinta. Así lo canta el Salmo de este domingo: «Señor, tu ternura y tu misericordia son eternas» (Sal 24). Si se trata de sentimientos y emociones, Dios es un entendido. Él acoge cada una de ellas, las entiende y comprende. Nos invita a identificarlas, a ponerles nombre y a que tengamos entre nosotros «los sentimientos propios de Cristo Jesús» (Flp. 2, 5). Y cuando dice «entre nosotros» se refiere empezando por uno mismo y continuando por el hermano que tengo al lado. Es decir, nos hace la invitación de acoger nuestros sentimientos y emociones “tóxicas” e insanas para transformarlas en sentimientos y emociones sanas y de vida.

Este proceso de conversión emocional no es tarea fácil. Necesitamos la ayuda de un acompañante que sea cauce de la gracia de Dios. ¡Ánimo, podemos conseguirlo! Porque creemos en un Dios que entiende de emoción.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.