23.9.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO


"No importa cuánto sepas o cuánto hagas, Dios tiene para todos un amor infinito". Fano.

El profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, José Antonio Fernández, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario. 
Dejémonos sorprender


El Evangelio de hoy presenta una parábola que solo encontramos en Mateo. Jesús siempre utiliza en sus parábolas elementos de la vida diaria para que los oyentes reconozcan perfectamente la situación, pero a la vez, el desenlace de estas suele sorprender. ¿O no sorprende que quienes trabajaron desde el amanecer reciban el mismo salario que los que comenzaron ya caída la tarde?

Sorprendidos y agradecidos debieron quedar aquellos primeros cristianos a los que escribe Mateo para decirles que ellos, los últimos jornaleros, alcanzarán la salvación al igual que el pueblo judío (los obreros de la primera hora) y que, además, tienen preferencia en el corazón de Dios.

Sería lógico pensar que el salario debe ser proporcional a las horas trabajadas. Pero Dios es diferente. Sus pensamientos no son nuestros pensamientos; sus caminos no son nuestros caminos (Is 55,8-9).

Quizás la clave no está en el tiempo dedicado, sino en el amor que se pone en el trabajo; en confiar en Dios. Al igual que san Pablo. Su pensamiento le dice una cosa y su corazón otra… y, ante este dilema, se abandona a los planes de Dios.

El dueño no deja de salir a buscar jornaleros para su viña, nos llama a cada uno de nosotros, con nuestras circunstancias y propias disyuntivas, en distintas etapas de la vida… Nunca es tarde. Pongamos ilusión y corazón. Dejémonos sorprender por Dios.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.