"Me perdonas siempre, no hay mancha en mi corazón que no puedas limpiar. GRACIAS". FANO
El sacerdote Antonio Fernández, profesor de los Centros Teológicos, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXIV del Tiempo Ordinario.
Perdonar siempre
«Sí me mandáis, Señor hacer lo que Vos hicisteis, dadme vuestro corazón». Del Sermón 57 de sanJuan de Avila.
Jesucristo nos enseña a perdonar siempre. Cuando perdonamos a nuestros hermanos y a nuestros enemigos, imitamos a Dios que siempre perdona. Si Dios no dudó en entregar a su hijo por nuestros pecados, cuánto más debemos nosotros perdonarnos mutuamente. Después de afirmar su doctrina sobre el perdón de las ofensas, el Señor cuenta la parábola del siervo sin misericordia. Diez mil talentos era una cantidad muy grande de dinero, y el señor tiene compasión de él y le perdona la deuda.
Así es el perdón de Dios. Es mucho lo que le debemos, pero Él tiene misericordia de nosotros y nos perdona. Nosotros no tenemos con qué pagar nuestra deuda con Dios y Él nos perdona siempre. Nuestra deuda con Dios es siempre grande, tal como era la deuda del siervo de la parábola y Dios siempre perdona. Con ese perdón, Dios nos deja en libertad y de siervos que somos nos convierte en hijos.
Jesús nos muestra que el siervo a quien su amo le había perdonado una deuda inmensa, no es capaz de ser compasivo con quien tiene con él una deuda pequeña. El Señor nos muestra también que, al enterarse de su actitud, su amo lo hace arrestar hasta que pague toda su gran deuda.
Jesús nos dice que lo mismo hará el Padre con nosotros. Hoy Dios nos pone una meta exigente. ¡Perdonar de corazón!
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.