La receta de tu vida: agua viva. Fano
El profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, Pedro Leiva, ayuda a profundizar en el Evangelio del Domingo XVII del Tiempo Ordinario.
Nadie puede ir a Cristo si el Padre no lo atrae
Jesús hace aquí en poco espacio tres comparaciones para explicar el Reino de Dios.
La tercera comparación, la de la red que coge peces buenos y malos, está en un lenguaje de juicio y, por tanto, hace referencia a que entrar en el Reino o no tiene que ver con opciones personales. No es obligatorio elegir el Reino.
La clave de la elección
Pero es en las dos comparaciones anteriores donde se entiende la clave de la elección: el valor del Reino. Las parábolas del tesoro y la perla se entienden muy bien. El Reino de Dios tiene un alto coste (hay que venderlo todo para hacerse con él), pero es que merece la pena (es un tesoro, una perla de gran valor).
Saborear la belleza
La parte ascética de la vida cristiana se fundamenta en la parte mística. ¡Qué difícil, si no imposible, para el que no ha percibido algo de la hermosura de Cristo y su Reino dejar todo y seguirle! Pero, a poco que se haya saboreado algo de la belleza de Cristo y su Reino, la elección y el seguimiento no es que sean fácil, pero empiezan a ser posibles.
Hay que pedir un corazón inteligente, como Salomón en la primera lectura de hoy, porque nadie puede ir a Cristo y elegir su Reino si el Padre no lo atrae.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.