14.4.17

VIERNES SANTO: HOY NO HAY EUCARISTÍA



¿QUÉ CELEBRAMOS HOY?

Juan Pablo Jiménez, vicario vicario parroquial de San Sebastián (Antequera) y párroco de Bobadilla, Bobadilla-Estación y Cartaojal nos explica lo que celebramos hoy, Viernes Santo.

El Viernes Santo es el quinto día de la Semana Santa, el primer día solemne dentro del santísimo Triduo Pascual; es el único día, en todo el calendario litúrgico, en el que no se celebra la Eucaristía en ninguna iglesia del mundo. ¿Qué celebramos entonces? En resumen, este viernes, la Iglesia universal hace memorial de la gloriosa Pasión de Jesucristo, venerando la cruz del Señor como símbolo de salvación y celebrando su muerte victoriosa.

Es un día de “luto” esperanzado, de silencio, donde todos los signos litúrgicos nos van enseñando que el Señor redime a los hombres desde un instrumento deshonroso, la cruz, convirtiéndola así en “árbol de la vida y escalera de la Gloria”.

El silencio al iniciar la celebración; la postración del ministro que invita a la contemplación de la agonía de Jesús; el color rojo de la vestidura litúrgica, que recuerda la sangre de Cristo derramada por nosotros desde la cruz; son todos ellos signos que nos introducen en la meditación del misterio de la Pasión, misterio narrado en la liturgia de la Palabra, misterio plasmado en el siervo sufriente, que muere injustamente entregando su espíritu y voluntad a las manos del Padre.

La liturgia de la Palabra termina con la oración universal solemne: se pide a Dios la salvación de todos, los creyentes y no creyentes, por los que Cristo ha derramado su sangre en la cruz, cruz que para nosotros los cristianos, es «el árbol […] donde estuvo clavada la salvación del mundo» ¡Venid a adorarlo! La cruz se descubre así para que sea venerada por los fieles que asisten a la celebración, adorando a Cristo triunfante.

Terminada esta parte, se “viste” el altar, e iniciando con la invitación a rezar el Padre Nuestro se distribuye la Comunión que se encuentra reservada en el altar donde el día anterior ha sido adorada. Y permanece el silencio. No se imparte la bendición, porque la celebración no ha terminado; culminará en la Solemne Vigilia Pascual. Y continúa el silencio. Y la Iglesia entera espera la llegada de la Resurrección del Señor. Y sigue el silencio, porque todos los discípulos de Jesús, junto con su madre, María, meditamos la muerte del Señor.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.