1.4.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO V DE CUARESMA


JESÚS ES VIDA. FANO 


El sacerdote José Manuel Fernández, OCD, párroco de Stella Maris, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo V de Cuaresma.


Llegamos al último domingo de Cuaresma. Es un tiempo de gracia para renovar nuestra vida de fe. Este año las lecturas de los domingos centrales han tenido un marcado sentido bautismal: agua, luz y vida. El agua que sacia nuestra sed más profunda, la luz que ilumina nuestros pasos por el camino de la vida y la vida nueva que vence a la muerte.

La liturgia de la Palabra de este domingo de Cuaresma viene marcada por el signo de la vida que Jesús nos ha prometido, cuando obró la resurrección de su amigo Lázaro, después de cuatro días en el sepulcro.

Hasta la llegada de Jesús, la muerte había tenido la última palabra. El ser humano recorría el camino efímero de esta vida hacia la muerte. Pero, la Vida que es Cristo se ha hecho presente entre nosotros. Y nos invita a confesar nuestra fe, como Marta: «Yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

La muerte y el sepulcro de Lázaro anticiparon simbólicamente la muerte y el sepulcro de Cristo. La resurrección de Lázaro prefiguró proféticamente la Resurrección de Cristo. Y todo esto está realizado en nuestro bautismo. En él somos sepultados a la muerte que trae el pecado y resucitados a la vida para Dios.

Por tanto, los bautizados en Cristo llevamos en el corazón la esperanza de que no somos para la muerte, sino para la Vida con Cristo y para la gloria de Dios.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.