29.4.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO III DE PASCUA



Arde nuestro corazón con tu Palabra y te reconocemos al partir el pan. Autor: Fano


El sacerdote Alberto Ruiz, Oblato de María Inmaculada, ayuda a profundizar en el comentario al evangelio del Domingo III de Pascua.

Encerrar al Señor

«Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina». Esta frase del papa Francisco en Evangelii gaudium se aplica perfectamente al evangelio de este domingo y, en muchas ocasiones, a nuestra vida. 
Hoy observamos a estos discípulos desencantados, tristes, sin esperanza, conocidos por nosotros como los dos de Emaús. Lo acontecido en la Pascua les ha arrebatado la fe y sus vidas quedan sin sentido. Pero, lo más sorprendente de este relato evangélico de Lucas, es presentar a Cleofás y a su acompañante tan embebidos en su tristeza, que ni siquiera son capaces de reconocer a Jesús cuando les sale al paso del camino. ¿Podríamos decir, tal vez, que lo habían encerrado en un esquema tan aburrido que nos les deja sentir cómo les ardía el corazón? Con la celebración de la Vigilia Pascual todavía cercana y las promesas bautismales recién renovadas, el Resucitado quiere salir también a nuestro encuentro. Por eso, como cada año, hemos renunciado a quedarnos en los medios, instituciones, reglamentos y no ir a Dios, porque cada vez que caemos en esta tentación, pretendemos encerrar a Cristo en nuestro esquema, en nuestras comodidades y seguridades, olvidándonos de que Él sale a nuestro paso. 
Es un evangelio con un evidente sabor eucarístico. Así que, si después de cada Misa no notas tu corazón arder y no eres capaz de reconocerle en lo cotidiano, te puedes preguntar ¿dónde pretendo encerrarte, Señor?

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.