"Orad por vuestros enemigos". Autor: Fano.
El sacerdote Gabriel Leal, Vicario para la Acción Caritativa y Social y responsable de los Centros de Formación de la Diócesis, profundiza en el evangelio del Domingo VII del Tiempo Ordinario.
Perfectos como Él
Jesús ofrece llegar a ser hijos del Padre celestial y perfectos, como el Padre. Y lo hace contraponiendo su palabra a la interpretación farisea de la Ley. No basta cumplir el «ojo por ojo y diente por diente» (Ex 21,24), limitándose a un castigo proporcionado al mal hecho, sin pasarse, ni con la actitud pasiva de no hacerle frente. Jesús hace posible y espera una reacción activa y generosa: poner la otra mejilla, dar generosamente, acompañar y no huir del prójimo que solicita ayuda.
El precepto “amarás a tu prójimo”, uno de los principios fundamentales del Antiguo Testamento (Lv 19,18), no sólo había sido restringido en su interpretación a la relación con los miembros de la comunidad religiosa judía, sino que le habían añadido “aborrecerás a tu enemigo”, mandato ausente en la Biblia. Esta interpretación hacía que los de fuera, considerados frecuentemente como enemigos, fueran objeto de odio y desprecio. Jesús, en cambio, dando por supuesto el amor al prójimo, pide amar al “enemigo” –para Jesús nadie deja de ser prójimo y hermano- y orar por los que nos persiguen. Y es que el amor verdadero no puede tener fronteras, como no la tiene el amor de Dios, que hace salir el sol “sobre malos y buenos”.
El camino es no dejarse vencer por el mal, sino vencer al mal con el bien (Rom 12,21), respondiendo siempre y en toda ocasión con un amor generoso, que hace ser hijos del Padre y perfectos como Él. ¡Y es posible! ¡Tantos lo han hecho!
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.