Madrid prepara el Domund
con testimonios, conciertos y encuentros
Dentro de las actividades organizadas por la Delegación Diocesana de Misiones para este mes misionero, el próximo miércoles, 19 de octubre, a las 19:00 horas, tendrá lugar la presentación de la Campaña del Domund. Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid, presidirá una mesa redonda en el salón de actos de la Delegación de Misiones (c/Gral. Zabala, 10 bis), en la que varios misioneros compartirán su experiencia misionera con los asistentes.
El viernes 21 de octubre, a las 21:00 horas, habrá una oración-concierto en la basílica de La Milagrosa (García de Paredes, 45). Durante la misma se pedirá a la Virgen María por los misioneros y por las misiones. Acompañados por el grupo Espíritu Misionero, se podrá rezar, oír testimonios y ganar la indulgencia jubilar de este año de la Misericordia.
Al día siguiente, sábado 22 de octubre, el Tren Misionero viajará a Los Molinos. Con el lema ¡Salimos a ser testigos!, Cristianos sin Fronteras organiza y coordina, en la víspera del Domund, una nueva edición de este encuentro misionero.
Las actividades de este mes misionero concluirán el domingo 23 de octubre con la celebración del Domund: Jornada Mundial de las Misiones.
Jóvenes para la Misión
En paralelo, a las 20:15 horas de este viernes, 14 de octubre, dará comienzo el curso de Jóvenes para la Misión. Se trata de una asociación juvenil de la Delegación de Misiones que reanuda sus encuentros mensuales, en los que se juntan para rezar, formarse y compartir la fe y el entusiasmo misionero. Comenzará con la celebración de la Eucaristía en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (c/ López de Hoyos, 73).
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«Madrid no puede olvidar a los 630 misioneros que tiene repartidos por el mundo»
El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, subraya en una carta que esta jornada «es importante, nos pone frente a la realidad de la Iglesia, y nos recuerda que no se puede entender a Cristo, sin su deseo de abrazar con su amor, con su misericordia, como estamos recordando en este año jubilar, a todos los hombres».
En alusión al mandato que la Iglesia ha recibido del Señor, «Id por todo el mundo y predicad la buena nueva» (Mc 16, 15), explica que «la mayor ayuda con la que cuenta la Iglesia en esta tarea de evangelizar, es la que prestan con su vida, su apostolado, su palabra, su entrega, los misioneros». «Entre ellos hay familias enteras, así como consagrados y sacerdotes. Todos ellos han descubierto la vocación del Señor. Han descubierto que este mandato no es una simple recomendación o petición. Es la expresión de una llamada personal, determinada, concreta al corazón de estas personas para que, dejándolo todo, se conviertan en heraldos de la Palabra y de la Persona del Señor», detalla.
El lema elegido para la jornada de este año, indica, «es una perfecta descripción de la exigencia que tienen que vivir los misioneros». «A estos hombres y estas mujeres, que han oído la llamada del Señor a ser sus testigos hasta los confines de la tierra (Hech 1, 1-11), se les exige salir de su tierra, de sus hogares y de todo lo que esto implica. No es solo, y ya sería mucho, el abandonar su propia patria, sino, y esto quizás es más costoso, sus planes, sus proyectos, las ambiciones personales nobles, las comodidades y afectos, sus seres queridos y amistades. Sal de tu tierra son palabras fáciles de decir, pero que implican a toda la persona y la vida entera».
En esta línea, el prelado incide en que «Madrid no puede olvidar a los 630 misioneros que tiene repartidos por el mundo». «Es verdad que han sido enviados y que, con una gran generosidad, ellos han decidido salir de su tierra y, con Cristo, por Cristo y en Cristo, han comenzado una nueva vida; pero nosotros no podemos dejar de tenerles como hermanos, como amigos, como compañeros de este viaje que todos intentamos vivir en la presencia de Dios», asevera.
Y concluye pidiendo a la Virgen de la Almudena que la jornada del Domund de este año «sea un momento grande para que la diócesis de Madrid viva la misión y renueve su espíritu misionero. Que ella fortalezca el ánimo de los jóvenes que se plantean la vocación misionera y que a los que vivimos nuestra fe en la diócesis nos ayude a sentir el peso de la misión que Jesús nos ha encomendado».
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