"Uno de cada diez dabe agradecer, y suele ser el pequeño (samaritano). Autor: Fano
Julia Gavira, Misionera de la Esperanza, nos ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario.
Todas las lecturas de hoy tienen como telón de fondo la gratitud, y viene bien ya que, en esta generación, escasea. Venimos al mundo pensando que todo nos lo merecemos.
Estos leprosos que vienen al encuentro de Jesús se mantienen lejos, son conscientes de su indignidad, a causa de aquella enfermedad que les mantenía alejados de todos. Y es que también, hasta aquel desierto existencial, había llegado la noticia del poder de aquel hombre llamado Jesús.
Pero no son sus gritos los que llaman su atención, es ese dolor en el que se han visto inmersos y que toca poderosamente el corazón del que ha venido a por los enfermos y pecadores. Si hubiera querido que el milagro se lo agradecieran todos, lo hubiera realizado allí mismo, pero no, le importa que cumplan con la Ley.
Es triste la queja de Jesús ante los que cambian radicalmente su calidad de vida, ignorando quién ha sido el autor del cambio.
Y es que somos así. Vivimos en la abundancia de cosas y posibilidades, sin reparar en ello, hasta que nos falta Siempre me viene a la cabeza la imagen del que está en el aeropuerto esperando, junto a la cinta transportadora, su maleta roja y no ve nada más hasta que esta no aparece.
Nuestra existencia esta siendo objeto de regalos constantes desde que nacemos. Desgraciadamente solo los reconocemos cuando se nos estropean. Son todas esas maletas, sus regalos, que pasan ante nuestros ojos sin que reparemos en ellas, mientras le insistimos a Dios para que nos dé esa que me falta. Tendremos que aprender del que, a grandes voces, pregonaba su alegría y agradecimiento. ¡Es tan contagioso!
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.