11.1.20

COMENTARIO AL EVANGELIO DE LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR


Fano: "Somos sus hijos amados".


El sacerdote diocesano y profesor de los centros teológicos Miguel Ángel Criado ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.


MISTERIO DE SOLIDARIDAD

Con la solemnidad del Bautismo del Señor se cierra la etapa de la Navidad y de la vida oculta de Jesús, y se inicia el tiempo de su misión pública.

Jesús al pedir que Juan lo bautice se presenta como aquel que ha venido a cumplir totalmente la voluntad de Dios («justicia») y a llevar a su plenitud el proyecto de Dios Padre. Al ponerse en la fila de los pecadores asume esta voluntad que conlleva cargar con la culpa de toda la humanidad, misterio que tiene en la cruz su consumación. De este modo, Dios manifiesta su solidaridad y su compasión con el hombre frágil y pecador, al mismo tiempo que indica que la misión de Jesús, su Hijo, se caracterizará por el estilo del siervo humilde y dócil, dotado sólo de la fuerza de la verdad, como había profetizado Isaías (cf. Is 42,2-3). Finalmente, Jesús, al salir del agua, y tras escucharse la voz de Dios Padre: «Éste es mi hijo amado» (Mt 3,17), anticipa la resurrección que tendrá lugar después de su muerte.

Por tanto, la solemnidad del Bautismo del Señor nos desvela, por un lado, el misterio de la solidaridad y la compasión de Dios, y nos invita, por otro, a asumir el estilo misionero de Jesús, anunciando el Evangelio con docilidad y firmeza, con humildad y desde el testimonio.

Aprovechemos esta fiesta para recordar, valorar y renovar el don de nuestro bautismo que junto con la confirmación constituye el fundamento de la identidad y la espiritualidad laical.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.