Fano: "Jesús en mí me mueve a amar".
La periodista y profesora de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, Ana Medina, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo,
Jesús regala al mundo el sentido de la vida
El Señor se despide. ¡Y cuánto cuesta hacerlo! Nosotros mismos nos resistimos a diario a cerrar etapas, a abandonar espacios y afectos conocidos. También a Él parece costarle, en la última cena con sus amigos, decir adiós, dejar a aquellos que Dios ha puesto en su camino, para dar paso al momento de la Pasión. “Me queda poco tiempo”, afirma, y el lector orante intuye el nudo en la garganta, la tensión en el corazón. La salida de Judas es el desencadenante. Su abandono del cenáculo, donde hasta el final ha compartido pan y sueños con los demás, da comienzo a las últimas horas de Jesús entre los suyos. Sabe que el tiempo se agota, y que lo que viene ha de pasar para que Dios sea glorificado.
En la cruz, como “cordero” ofrecido en sacrificio, hará brillar la gloria de su Padre, el misterio que hace entender el dolor, que da sentido a la aparente derrota. Cuando lo humano se despoja de todo, en la debilidad desnuda, despeja el lienzo sobre el que Dios puede pintar su obra.
Y en esas horas finales, en las que se anudan gestos y palabras, Jesús regala al mundo el que ha de ser, desde entonces, el sentido de toda vida humana: amaos unos a otros. No como hasta entonces sabíamos hacerlo los hombres y mujeres, pobre y limitadamente, filtrado por ánimos y querencias, sino al modo de Dios, sin condiciones, transformando cada situación en oportunidad de encuentro, como el mismo Jesús nos ha enseñado.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA