1.12.18

COMENTARIO AL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO, I DE ADVIENTO, 2 DE DICIEMBRE



Móvil: Primer Domingo de Adviento por Fano

La licenciada en Filosofía y Letras, Tere Aldea, ayuda a profundizar en la lectura del evangelio de este domingo, I de Adviento, 2 de diciembre.


Se acerca nuestra salvación

Comenzamos un nuevo año litúrgico y con él, el tiempo de Adviento. Tiempo de preparación y de oración. Tiempo de espera y de esperanza. En el Antiguo Testamento se esperaba el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a nuestros primeros padres, la llegada del Mesías, y después de su nacimiento, esperamos su venida gloriosa.

Lo vemos claramente reflejado tanto en la primera lectura del profeta Jeremías, como en el Evangelio. Si lo pensamos bien toda nuestra vida es una continua espera. Durante el tiempo de Adviento, no solo nos preparamos para conmemorar la venida al mundo de Jesús, el Hijo de Dios, sino también para que nuestra vida se convierta en una espera fecunda, con la oración que nos ayuda a conocer lo que nos pide el Señor en cada momento, estando vigilantes para ver qué necesita mi hermano de mí, aquí y ahora, estando despiertos para que nuestra mente “no se embote” con los ruidos de este mundo, siendo conscientes de que Cristo es el Señor del tiempo y de la historia. Él es el centro y todo gira en torno a Él. Es por esto, que el Adviento es el tiempo de la ESPERANZA, esperanza cierta en que Cristo hará nueva todas las cosas y se establecerá su Reino, un reino de Amor. «Alegraos y regocijaos… que ya viene, ya se acerca, Él es nuestra salvación» (Liturgia de las Horas. Himno de Laudes).

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.