13.10.18

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO (14 DE OCTUBRE)

Dibujo de Fano para el Evangelio del domingo XXVII del Tiempo Ordinario. Publicado: 08/10/2018: 127

El profesor de los Centros Teológicos Rafael Vázquez ayuda a profundizar en el evangelio del domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, 14 de octubre de 2018.
«Jesús recupera ese amor “sin límites” y lo propone como proyecto ilusionante. Siempre un don de Dios y un regalo mutuo, pero también una tarea por realizar»

Es de san Juan de la Cruz aquella frase: “¡Qué importa que el pájaro esté atado a un hilo o a una soga! Por muy sutil que sea el hilo, el pájaro quedará atado como a la soga, hasta que no logre cortarla para volar”.

Es el caso del hombre rico que se acerca a Jesús, porque, a pesar de ser un fiel cumplidor de los mandamientos de la ley, experimenta una insatisfacción que grita en su interior: ¡Esto no es la vida eterna! ¡Esto no es todo lo que Dios tiene reservado para ti!

¡Qué fácil es acomodarse! Todos necesitamos de seguridades en el día a día, y así nos vamos aclimatando a un ritmo de vida con el que nos podemos sentir más o menos satisfechos, en un terreno labrado sobre el que no hay que ahondar más. Pero cuántos paisajes nuevos descubrimos cuando salimos de lo rutinario, cuando nos forzamos a arriesgar, a abrir la mano para dejar escapar la seguridad. El cristiano es siempre un peregrino, errante por los caminos de este mundo, vagabundo confiando en la misericordia de Dios que llena su vida de alegría y júbilo. Y esto implica soltar rutinas, salir de zonas de seguridad y arriesgar.

¡Cuántas llamadas nos llegan cada día para hacernos descubrir la belleza del cambio! ¡Y cuántas veces las despachamos con un simple: “no puedo”! Atrévete a decir: “cuenta conmigo”. Habrás cortado el hilo o la soga y empezarás a volar hacia donde no imaginas. En el fondo los mandamientos, nuestros “mínimos” cristianos, son solo el primer escalón de una escalera que te portará al máximo que de Dios solo se puede esperar.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA