9.12.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO II DE ADVIENTO, 10 DE DICIEMBRE DE 2017


El sacerdote del Opus Dei Ignacio Fornés ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo II de Adviento. 


Con “la Voz” no me estoy refiriendo a Frank Sinatra, ni al famoso programa de televisión.

Con “la Voz” me refiero a un personaje, que vivió hace mucho… pero que mucho tiempo, y que nos sigue llamando la atención.

Vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y alimentándose de saltamontes y miel silvestre, así se presenta el telonero que anuncia la venida del Mesías. Juan Bautista aparece justo al inicio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, en el versículo dos. Irrumpe en la escena como la voz
del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”.

El Bautista, primo de Jesús, era un personaje que, si viviera hoy, no dejaría a nadie indiferente. Hombre de fuerte personalidad y sólidos principios, su voz se escuchó a lo largo del río Jordán y, con ella movió los corazones de las gentes para que se arrepintieran, cambiaran de vida y se prepararan a conciencia para la venida de Dios.

Eso debemos hacer en el tiempo de Adviento, antes de la Navidad, hacer caso a “la Voz”: intentar cambiar lo que no va bien y pedir perdón al Señor antes de que venga. Esa voz potente, aguda, del profeta, nos sacude cada domingo de Adviento, ¡parece que grita dentro de nosotros!

Si la escuchamos y la seguimos, nos llenaremos de alegría, como cuando oímos una buena canción. Que estos días bailemos al ritmillo de esa “Voz” que nos habla de conversión.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.