7.10.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO, 8 DE OCTUBRE


"Con los descartados construye tu iglesia. Fano

El profesor de los Centros Teológicos Ángel Nuño ayuda a profundizar en el comentario al Evangelio del Domingo XXVII del Tiempo ordinario.

La verdadera esperanza

«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente». La piedra, en efecto, fue desechada. Cristo fue crucificado. Pero la piedra que fue desechada es ahora la piedra angular. Cristo, el Crucificado, ha resucitado. Muerto realmente, no permaneció en la tumba. A su dolorosa pasión y muerte siguió una victoria definitiva, la gloria de la Resurrección. Pese a que tantas veces damos la espalda a Dios, Él no deja de confiar en nosotros. A pesar de nuestras infidelidades, el amor de Dios siempre permanece. Esta es nuestra verdadera esperanza. Es el amor, el amor verdadero, lo que redime al hombre. Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería propiamente “vida”. 

Empieza a intuir qué quiere decir la palabra esperanza que hemos encontrado en el rito del bautismo (Spes Salvi, 27). Cuando el hombre da la espalda a Dios, busca con frecuencia algo a lo que aferrarse. La fe ciega en el progreso o los falsos optimismos de los que habló Bernanos han comparecido como sucedáneos de la esperanza. Pero solo la esperanza en Dios no defrauda. Sin la gran esperanza, las demás, las pequeñas esperanzas, no bastan. Sin la piedra angular, las demás piezas del edificio no encajan. La gran esperanza solo puede ser Dios. Solo Él puede brindarnos aquello que anhela nuestro corazón, aquello en lo que encuentra el verdadero descanso.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.