"Amar a Dios, sobre todas las cosas". Fano
El sacerdote Miguel Ángel Criado, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXX del Tiempo Ordinario.
Manantial de amor
Uno de los elementos que caracterizan al ser humano es su capacidad de discernir lo importante de lo secundario, lo substancial de lo superficial, aunque no siempre resulte fácil concretarlo. Los fariseos, que habían multiplicado los preceptos y mandamientos, a partir de la Ley de Moisés, hasta una interminable lista de más de seiscientos, quieren desacreditar a Jesús con su pregunta: «¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley?».
Jesús, en un primer momento, centra la cuestión: amar a Dios y amar al prójimo. Pero va más allá. Para Él, lo importante no es solo saber cuál es el mandamiento principal, sino ayudarles a descubrir que la fuente y el punto de partida del amor cristiano es el Padre: “manantial del Amor”; es decir, que el amor al prójimo y el amor a Dios tienen el mismo fundamento: el amor del Padre al darnos a su propio Hijo. En definitiva, nosotros somos capaces de amar porque previamente hemos experimentado el amor de Dios en Cristo. También podemos mirar el mismo hecho desde el punto de vista complementario: en la medida en que participamos del amor cristiano hacia el prójimo, entramos en comunión de vida con Cristo y, en Cristo, con Dios.
Para terminar, unas preguntas que nos pueden ayudar en el día a día: ¿he experimentado el amor de Dios en mi vida concreta? ¿Qué puedo integrar de nuevo en mi existencia para que mi amor a Dios y a mis hermanos tengan el sello y el olor del amor de Dios?
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.