18.3.17

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO III DE CUARESMA



Jesús es agua. Autor: Fano


Juli Gavira, Misionera de la Esperanza, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo III de Cuaresma. 

La mujer samaritana

En el evangelio de Juan los personajes que se encuentran con Jesús tienen un gran valor simbólico. Aparecen representantes de las diversas actitudes que tomamos ante la vida, el común de los mortales. Este encuentro con la samaritana está narrado con tal lujo de detalles que parece querer marcar un antes y un después. Nos recuerda sin querer, a aquellas “cuatro de la tarde” que aún resuenan en el corazón del propio autor.

Lo primero que salta a la vista es el talante de esta mujer. Para nada es la oyente receptiva que acata todo lo que va diciendo Jesús, basándose en su autoridad. El diálogo se asemeja a una partida de ping-pong en la que donde las dan, las toman. 

Jesús utiliza su propio cansancio para ponerse a tiro de la mujer que llega a esa hora de calor, tan poco propicia. ¿Sería que se acababa de levantar? 

¿Sería que lo que buscaba era no encontrarse con nadie? ¡Daba su vida tanto que hablar!

Y es la pérdida de tiempo de ese Jesús cansado lo que propicia ese momento de eficacia que la mujer necesita, y que solo surgen cuando “estamos”. Como siempre, Jesús pide, pero inmediatamente ofrece ese don que solo Él puede dar. Parece tener prisa en que ella acepte el regalo, esa vida que es el Espíritu que nos hace renacer de nuevo, hasta la vida eterna, y ella lleva tanto tiempo mendigando cariño...

Algo debe de haber sentido cuando interrumpe el diálogo y sale corriendo sintiéndose portadora de algo que todos necesitan. Y cuando ya no le hacía falta el cántaro.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.