25.6.16

LECTIO DIVINA. EVANGELIO DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO.



Lectio Divina 
con el evangelio del 
Domingo XIII del Tiempo Ordinario

"DEJAR TODO LO TUYO, 
PARA TENERLO TODO, SIENDO TUYO".
AUTOR FANO



Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo XIII del Tiempo Ordinario. 

Te seguiré, Señor...


Lectura (Lectio)
Con el primer versículo del texto de este domingo comienza la segunda parte del Evangelio de Lucas. Después de esta noticia, el fragmento presenta dos escenas diversas: los discípulos muestran lo poco que han entendido a Jesús y algunos quieren seguir al Maestro sin reparar en las consecuencias. Leamos este texto con tranquilidad y sosiego.

Meditación (Meditatio)
La referencia a la “subida a Jerusalén” va a marcar toda la segunda parte del Evangelio de Lucas. Jesús, en esta ascensión, tendrá que ir enseñando a los suyos, como a marchas forzadas, para que comprendan el nuevo estilo de mesianismo. En Jerusalén, lo sabemos nosotros ahora, Él va a entregar su vida en rescate por todos. Los discípulos, aun habiendo escuchado (como leíamos la semana pasada) que el Señor tenía que padecer y resucitar, no comprenden y quieren que la venganza se cristalice en los lugares que no recibían a Jesús. El motivo para no acogerlos era “que se dirigían a Jerusalén”, ciudad enemiga de los samaritanos (aunque no se puede descartar que se esté jugando con el significado de la ciudad de Jerusalén como meta de la vida de Jesús). Las tres breves escenas de “vocación” nos muestran al mismo tiempo la exigencia del seguimiento y nos revelan actitudes del nazareno que podrían pasar desapercibidas. El primero, por ejemplo, recibe una enseñanza sobre la pobreza del “Hijo del hombre”, el cual no posee nada y por ello vive en total libertad. El tercero propone un aplazamiento al seguimiento; el Señor responde con la urgencia que el Reino conlleva. Quizá el más complicado de entender sea el segundo caso: podemos resumirlo en que el discipulado de Jesús debe estar por encima de todo, y que si nos paramos aunque sea a enterrar a los muertos (físicamente), estaremos nosotros “muertos”, espiritualmente.

Oración (Oratio)
Pide hoy al Señor que te ayude a dejar las cosas que te atan, que impiden que camines con libertad detrás de las huellas del que va a entregarse en Jerusalén. Pídele también que haya muchos jóvenes que se atrevan a seguirlo, ruega al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Y agradece también tu vocación y la capacidad que Él te dio para seguirlo.

Contemplación (Contemplatio)
Deja que el Señor toque tu corazón, deja que se acerque a tu vida y la transforme. Un momento, un rato a solas con aquel que vino a dar su vida por ti. Deja que se te peguen sus cosas, para no ser como los vengativos discípulos.

Compromiso (Actio)
Ya al final de este momento de interiorización de la palabra, no bajes la guardia. Ha llegado el momento de llevar a la vida todo lo experimentado. Te puede ayudar, como venimos haciendo desde hace tiempo, formular un compromiso sencillo para mejorar tu existencia, basándote en lo que has leído, rezado y contemplado.

PUBLICADO EN EL BLOG DE LA DIÓCESIS DE MÁLAGA.