LECTIO DIVINA
CON EL
EVANGELIO
SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS.
AUTOR: FANO
Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio de la Solemnidad de Pentecostés.
Así también os envío yo
Lectura (Lectio)
Este relato del “Pentecostés joánico” nos narra, por así decirlo, el mismo acontecimiento que la primera lectura de este domingo (Hch 2,1-11), pero desde otro punto de vista. El estilo del evangelista Juan es evidente en muchos términos. Disfrutemos de una lectura sosegada de este texto.
Meditación (Meditatio)
El texto comienza situándonos en el tiempo: al anochecer, después del trabajo, en el día del Señor. El día primero de la semana para el cristiano es el domingo, y parece que desde muy pronto los seguidores de Jesús se reunían después del sábado (día de descanso para los judíos) y recordaban lo vivido con el Señor. También nos sitúa en el espacio: están en Jerusalén, en una casa, o al menos en un lugar privado en el que se pueden esconder de los judíos, a los que temen. El dato de las puertas cerradas implica al mismo tiempo lo milagroso del suceso: Jesús, dado su nuevo estado de Resucitado, puede irrumpir en la reunión de los suyos y trasmitirles la paz. Como sabemos, la paz de Jesús va mucho más allá de una simple “ausencia de problemas”. Paz, en la Biblia, es el don que resume todos los dones. En este caso, debido al contexto, significa, ante todo, el don del valor, pero también la seguridad de que los discípulos no emprenderán el camino que se les propone sin compañía ni protección. Esa compañía protectora es el Espíritu Santo (don en tus dones espléndido, dice la secuencia), y nos es descrito como algo tan personal de Jesús que proviene de su adentro, es su aliento. La misión de perdonar o retener los pecados que reciben los apóstoles llega hasta nosotros por la fuerza de ese Espíritu; porque muchos siguen sintiendo la llamada a la misión, se siguen sintiendo enviados como Jesús.
Oración (Oratio)
En Pentecostés el Espíritu es el protagonista. Puedes buscar alguna oración ya escrita sobre la tercera persona de la Trinidad, para pedirle su fuerza y su compañía. La secuencia de Pentecostés es riquísima. Que no impida esto, sin embargo, el establecer una conversación personal con Dios en este momento. Que Él te ayude a vencer tus miedos y a salir a la calle para dar testimonio.
Contemplación (Contemplatio)
Una vez más llegamos al momento álgido de nuestro camino. Que no te asuste el perder pie, el dejarte mover por el Espíritu dentro del océano inmenso de amor de Dios. Contempla, sé, nada más… y nada menos.
Compromiso (Actio)
Con la fuerza del Espíritu nos envía Jesús. Todo lo vivido hasta ahora no serviría de mucho si no ponemos en acto lo que hemos experimentado. Siéntete llamado a ser apóstol entre los tuyos, y busca un compromiso concreto y revisable para poder avanzar.
FUENTE: BLOG DIÓCESIS DE MÁLAGA