Detalle del cartel de la Conferencia Episcopal para la jornada
Carta abierta de Conchi Ponce, Misionera de la Esperanza, con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Jornada de Vocaciones Nativas 2016, el domingo 17 de abril.
“Te mira con-pasión” es el lema de la Jornada de Vocaciones Nativas y de Oración por las Vocaciones de este año. “Te mira…”, la vocación brota de la intensa mirada de Jesús que transforma nuestra mirada y nuestro corazón. “Con-pasión…”, la que genera la ilusión por la vida de servicio, compartida, incluso más allá de nuestras fronteras.
Ante el drama de los refugiados que el mundo está viviendo y viendo horrorizado, debemos tener presente con mayor intensidad, que Jesús que nos mira con-pasión, nos transmitió a un Dios compasivo contrario a actitudes excluyentes, de desprecio, de intolerancia o rechazo, y que nos invita a la acogida y al respeto.
En esta sociedad en la que nos ha tocado vivir y en la que, a veces, parece que vivimos indiferentes y pasivos, urge, más que nunca, ser misioneros y testigos de la misericordia, mostrando que nos importa lo que pasa y que nos sentimos vocacionados a vivir la fraternidad. Todos somos compañeros de viaje, que compartimos la misma condición y nos necesitamos unos a otros.
El amor con el que Dios nos mira cambia nuestra debilidad en fuerza, nuestra resignación en esperanza, nuestras inseguridades en valentía para afrontar las contrariedades de la vida.
Es cada vez más necesaria la acción evangelizadora de la Iglesia, la que con entrañas de misericordia no discrimine a nadie y no dé rodeos ante los que sufren.
La compasión y la misericordia nos puede hacer hoy a nosotros, a la Iglesia, más humanos y creíbles.
Que nuestra mirada sea compasiva para comprender y sembrar misericordia en la sociedad actual y en las vicisitudes del ser humano de hoy.
Vocación a ser misericordiosos y compasivos, vocación que sintoniza con cada tiempo, época y lugar. Sentido universal de la misión.
“Rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies…”. Vocaciones entregadas y comprometidas para salir al encuentro del que más nos necesita en cada momento. Pasión por Dios y compasión por la humanidad.
La vocación es un don que Dios nos regala a todos; solo hay que “mirar” con atención para descubrirla y ser generosos en la respuesta.
“Después de mirarlo con misericordia, el Señor le dijo a Mateo: sígueme. Y Mateo se levantó y lo siguió”. Después de la mirada, la palabra. Tras el amor, la misión.
FUENTE: ARCHIDIOCESIS DE MÁLAGA
FUENTE: ARCHIDIOCESIS DE MÁLAGA