5.3.22

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO I DE CUARESMA




Belén Cortés, esposa y madre, profesora y miembro del Movimiento de Apostolado Familiar San Juan de Ávila, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo I de Cuaresma, 6 de marzo de 2022 (Lucas 4, 1-13.Señor, Tú vales más)


Decía el maestro de Ávila que “sequedad y tentación son víspera de nuevas mercedes”. Para ello, Jesucristo necesitó oración y ayuno.

Recurrentes, sutiles y diversas, la mayoría de tentaciones afecta a nuestra vida de fe: diluir la identidad cristiana en un mundo secularizado y globalizado; suplantar el proyecto divino para cada uno de nosotros por un sucedáneo infeliz sin norte; reducir nuestra fe a una ideología donde ni siquiera Dios tiene cabida, y no a una relación viva con Él, descentralizando la acción cristiana por creernos héroes protagonistas; vivir una fe endogámica y aislada sin ser Iglesia en salida; cultivar el postureo social, expandiendo asimétricamente nuestro ego social respecto a la propia interioridad; usar una escala de medición personal para juzgar a los demás por soberbia espiritual, creando una mesa eclesial similar a un casting de gente “perfecta” que aleja a los demás; interpretar este tiempo desde el desencanto y la desesperanza, incitando a otros con cierto discurso amargo al hastío espiritual, la negatividad y el descreimiento, etc. Ni siquiera Jesús se libró de ser tentado.

Pero supo retirarse a su desierto, dejarse habitar por Dios, discernir, ayunar y orar. ¿A qué voces nos arrimamos cuando necesitamos sintonizar con Dios y hacer un ejercicio de discernimiento? ¿Qué medios ponemos? Recomendaba san Juan de Ávila como jaculatoria ante una tentación: “Señor, no te vendo yo tan barato. Señor, Tú vales más, y te quiero más a Ti”

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA