Fano: "Los que mueren en cruz..."
El profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis, Antonio Manuel Montosa, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Jesús camina hacia Jerusalén. Sus discípulos le siguen. Allí será la última etapa de su vida terrena. Envía a dos discípulos a preparar su entrada. Jesús entra montado en un pollino para expresar de manera simbólica: Él es el rey, el Mesías esperado. La entrada se realiza en medio de la alegría alabando a Dios por todos los milagros que habían visto. Se trata de un homenaje real a Jesús, pero bendiciendo a Dios por toda la obra que ha realizado por medio de Él. Los discípulos son testigos de la acción liberadora de Dios y, si estos callan, gritarán las piedras. Su entrada contrasta con otra entrada realizada al otro lado de la ciudad: la del ejército imperial que se dirigía con armas para evitar posibles disturbios y así manifestar su poder. Frente a esta, Jesús y sus seguidores ofreciendo una visión distinta: la del Reino de Dios. Llamando bendito al que viene en nombre de Dios y pidiendo la paz en el cielo y gloria en las alturas. Por Jesús viene la paz, es decir, la debida armonía que debe existir entre los hombres con Dios y entre sí; y la gloria que alude y simboliza la presencia del poder salvador de Dios. Jesús entra libremente en Jerusalén seguido por sus discípulos. La vida cristiana es una opción a caminar con Jesús hacia la Resurrección. Una opción que hay que renovar continuamente para afrontar las dificultades y las pruebas.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.
