Fano: Jesús quiere habitar en tu casa. Déjale pasar.
El profesor de los Centros Teológicos Diocesanos Pedro Leiva ayuda a profundizar en el evangelio del domingo.
Iglesia en salida
El evangelio de hoy presenta a Jesús como Mesías en la sinagoga de Nazaret. Acaba de leer un texto mesiánico de Isaías y revela que en él se cumple esa profecía.
Los presentes están admirados, pero también contrariados.
Es curioso cómo somos las personas. Aquellos judíos anhelaban ansiosamente la llegada del Mesías, pero ahora les cuesta reconocerle en uno de sus vecinos. Y no habrá pruebas. Toda prueba es inútil cuando los corazones se cierran.
Por eso, se prefigura en la ciudad natal de Jesús lo que sucederá a todo Israel: vino el Mesías y no le reconocieron, dando lugar a que otro pueblo (la Iglesia) herede la antigua promesa. No era algo nuevo en la historia de los profetas no ser aceptados en su tierra.
Quizás la dificultad para reconocer en Jesús al Mesías tuvo que ver también con el hecho de que aquel texto indica que la buena noticia alcanza a todo el hombre, y no solo a su dimensión espiritual; y con otro asunto: que va dirigida preferentemente a los pobres y oprimidos.
En cualquier caso, ante el escándalo, ya sea por la cercanía del profeta, por la dimensión integral de su mensaje o por los destinatarios privilegiados, Jesús recuerda otro aspecto: como en el caso de Elías y Eliseo, la buena noticia que trae es también para los alejados, que quizás la comprendan mejor. No está esta indicación muy lejos de la vocación actualizada a convertirnos en una Iglesia «en salida».
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA
