El P. Ceferino García, SJ, colaborador del Centro Arrupe, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo V del Tiempo Ordinario.
Pasó haciendo el bien
Una buena fotografía de Jesús: curó de fiebre, de todas las enfermedades y liberó de todo lo que oprime al ser humano. ¿Hay quien dé más? ¿Y para qué hacía todo eso? Para que los demás pudieran estar al servicio unos de otros. El que quiera seguir a Jesús ya sabe el camino. La suegra de Pedro se levanta de la cama, sin fiebre, para servir. Ha aprendido que con la misma fuerza con la que ella ha sido liberada puede liberar a otros de sus dolencias, de sus necesidades.
Una liberación que no es para unos pocos, ni para un pueblo… ¡vamos a otros lugares! Porque para eso he salido. La salvación no es para retenerla, sino para comunicarla a todo el que la necesita. Una predicación “en acción”. El evangelio de Marcos no refiere discursos de Jesús… sino curaciones, liberaciones… ¡Obras son amores y no buenas razones! Cuando los romanos observaban a los primeros cristianos, lo que llamaba la atención era que se amaban; no decían nada de sus discursos, ni de sus intenciones. Amor hecho servicio; ayuda al que lo necesita.
La primera lectura nos dice bien claro: la vida del hombre sobre la tierra es cumplir un servicio… y Jesús lo repitió: el que quiera ser el primero, el más grande, que sea el servidor de todos. Porque en eso está la grandeza y la dignidad del ser humano… “porque servir al Señor es reinar”.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA