VIENE. AUTOR: FANO
El sacerdote Manuel Jiménez, párroco de Los Boliches, ayuda a profundizar en el comentario al evangelio del Domingo I de Adviento.
Espera ilusionada
Siempre ha sido así, ahora y en los tiempos de Noé: la gente come, bebe, se casa… Hace lo cotidiano porque no se puede vivir asustados como si siempre estuviera sobre nuestras cabezas la espada de Damocles.
¡Anda, que si tuviéramos que pasar todas las noches al lado de una pared por si hacen un agujero! Además, la intención del Señor al anunciar su venida no es asustarnos ante un fin del mundo desastroso, sino animarnos a que vivamos siempre desde el Evangelio, sin bajar la guardia.
Para ello, tampoco hay que hacer grandes esfuerzos: basta con hacer lo cotidiano, comportarse de forma que nadie, ni nuestra propia conciencia, pueda reprocharnos una mala actuación, reconociendo el momento presente. Y si no ha logrado hacerse aún, ya es hora de desperezarse y ponerse manos a la obra. El Adviento es una invitación del Señor que viene para que vivamos conforme a su Palabra, para que trabajemos por la paz y la justicia, unidos y con un destino común: la Jerusalén del cielo.
Por eso, nuestra actitud vigilante no debe ser la del temor por la venida del Señor, sino la de la amada que espera a su amado, la del que está expectante ante buenas noticias, la del niño que espera ilusionado la llegada de los Reyes Magos, la de los cristianos que nos revestimos del Señor porque queremos que Él nazca de nuevo en nuestras vidas y nos preparamos para ello desde este primer domingo de Adviento.
PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA.