2.3.19

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO, 3 DE MARZO DE 2019

Fano:"El hombre bueno, de la bondad que atesora su corazón, saca el bien".


El sacerdote y profesor de los centros teológicos diocesanos Francisco Aranda ayuda a reflexionar sobre el evangelio del domingo VIII del Tiempo Ordinario.


Tres viñetas, a modo de parábolas, se nos presentan hoy en el Evangelio. La primera representa a los letrados con los que Jesús disiente por su desmesurado afán por hacer cumplir la ley, hasta en sus más irrelevantes detalles. Por este afán llegan a una aplicación estricta y miope que termina por deformar la visión de quienes debían cumplirla, al presentarle un camino inviable. Con esta viñeta el Evangelio nos hace una advertencia importante: son ciegos los que ni ven ni quieren ver los ojos bondadosos del Maestro, que viene a salvar, no a condenar.

La segunda nos advierte de la tentación, casi endémica, de querer ver, encontrar y exagerar en el otro todos los defectos habidos y por haber, sin llegar a pensar siquiera los propios. El evangelista incluso exagera: siquiera una brizna en el ojo propio, por el contra, una viga en la ajena. En la tercera se presentan dos imágenes. La primera nos pone delante la figura de un agricultor que nos muestra, con orgullo, las viñas e higueras que son la envidia del que las cultiva y trata de no mostrar los frutos dañados por insectos y plagas, que desde luego existen, pero no los corta de momento. La otra imagen, de la vida doméstica, es de la visita que hace el dueño de la casa para sacar de sus despensas o bodegas los exquisitos alimentos con los que honra a los invitados. Un tesoro, en lo más dentro, que guarda para sus selectos comensales. Para nosotros, hoy, el corazón del hombre es como un pozo profundo en el que, lo sabemos, hay y se guarda de todo. Sólo el que lo llena de bondad y buenas obras podrá ofrecer y compartir cosas buenas con los hermanos.

PUBLICADO EN DIÓCESIS DE MÁLAGA