4.4.15

LECTURAS - 4 DE ABRIL - SÁBADO SANTO

Sábado. Vigilia Pascual en la Noche Santa. 

Lectura del libro del Génesis 1, 1 - 2,2: Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno

Lectura del libro del Génesis 22, 1 - 18: El Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.

Lectura del libro del Éxodo 14, 15 - 15, 1: Los israelitas pasaron el mar a pie enjuto.

Lectura del profeta Isaías 54, 5 - 14: Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.

Lectura del profeta Isaías 55, 1 - 11: Venid a mí: sellaré con vosotros una alianza perpetua.

Lectura del profeta Baruc 3, 9 - 15.32 - 4, 4: Camina a la claridad del resplandor del Señor

Lectura del profeta Ezequiel 36, 16 - 28: Derramaré un agua pura, os daré un corazón nuevo.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11

Hermanos:

Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte.

Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así corno Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.

Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.

Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.

Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabernos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un -vivir para Dios.

Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.


ALELUYA ALELUYA ALELUYA


EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 16, 1 - 7

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras:

- «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?»

Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo:

- «No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mitad el sitio donde lo pusieron.

Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo.»

Palabra del Señor.