En esta nueva entrega de 'Descubriendo Madrid', os traigo una de las iglesias más bonitas de nuestra ciudad. Tanto es así, que fue declarada como monumento histórico-artístico en 1905.
Pero deberíamos hablar de ermitas en plural, pues desde principios del siglo XX podemos observar dos ermitas gemelas, pero que tienen usos bien distintos; una la encontramos abierta al público, con los frescos de Goya y es más bien un museo, mientras que la otra está únicamente destinada al culto.
Ambas ermitas están caracterizadas por su estilo neoclásico, así como por su planta de cruz griega. Las cubiertas están rematadas por una cúpula que acaba en linternas sustentadas por pechinas. Los altares son de estuco italiano, rematados por esculturas de ángeles, y en el altar mayor, el Cristo es de carey y marfil del siglo XVIII
Sin embargo, lo más remarcable son los frescos de Goya que adornan la cúpula de la ermita original. En estos frescos que datan de 1798, encontramos en la bóveda del ábside la "Adoración de la Trinidad", aunque los que más llaman la atención son los de la cúpula, donde vemos representado uno de los milagros de San Antonio de Padua, el santo patrón de la ermita.
El milagro representado es aquel en el que San Antonio es trasportado por ángeles a Lisboa (ciudad natal de santo), y por gracia divina hace que un difunto conteste a las preguntas de un juez y confirme la inocencia del padre del santo, quién había sido acusado de un crimen.
Aquí os dejo más imágenes de la Ermita, pero os recomiendo encarecidamente que vayáis a visitarla, pues merece la pena. La ermita se encuentra en la Glorieta de san Antonio, 5, a orillas del río Manzanares.